19Mayo2018
Como en esta foto, tú pequeña y yo en tus brazos….porque desde el día uno de mi vida, siempre fue así. Crecimos como hermanas y ya desde pequeñas se notaba a leguas lo diferente que éramos…en personalidad, carácter y forma diferente de ver la vida.
Tú…las barbies; yo…las escondidas.
Tú…la lira; yo…la tarola.
Tú… vamos a conocer, a explorar; yo… déjame apreciar el paisaje.
Tú…mil fotos; yo… de ahí me las pasas.
Tú…los conciertos; yo…los teatros.
Tú….de compras en el mall; yo…compro online.
Tú… un text tuyo ya estoy yendo; yo….calculo unos 30 min más y recien salgo.
Tú…expresiva y cariñosa; yo… escibo y soy sarcástica.
Tú…un club; yo…un bar.
Tú…una fiesta; yo…una reu.
Tú…un restaurante nuevo,yo….un libro nuevo.
Tú…mariscos; yo…carnes.
Tú…mi cachetito, mi giani. Yo…mi «taya», mi nata.
Siempre he pensado que ha sido la fórmula perfecta para que a lo largo de nuestras vidas siempre encajemos , porque dos fichas iguales no completan un rompecabezas.
Hemos aprendido a mantenernos juntas, respetando nuestros espacios, y a pesar de no coincidir en muchas cosas, ya sea por nuestro diferente ritmo de vida, de trabajo, de amistades; siempre en las cosas importantes, decisiones, problemas, a la primera que llamo es a ti; y sé que tù a mí. Y siempre nuestra forma de contestar es que pasó?, eso es lo maravilloso del lazo que nos une. Yo te tengo y sabes que siempre me tendrás.
«Quizas deba confesarte que te quiero tanto, somos tan distintas y es tan necesario tenerte conmigo para caminar» Soledad Pastorutti – Hermanas